Soy psicóloga general sanitaria y psicoterapeuta.
Realizo psicoterapia desde un enfoque humanista y relacional.
Comencé interesándome por los trastornos del neurodesarrollo y las dificultades de aprendizaje, lo que me permitió conocer y acompañar a familias, así como darme cuenta de la importancia de las dinámicas relacionales y el impacto de éstas sobre cada persona.
Como psicoterapeuta he trabajado en diferentes consultas acompañando a personas que atravesaban distintas dificultades, lo cual me ha dado la oportunidad de conocer el mundo interno de cada uno y la importancia de éste: sus particularidades y complejidades. Tengo la suerte de que me apasione lo que hago y esto me lleve a sentir un gran compromiso y respeto por la profesión y las personas.
Cualquier persona puede beneficiarse de la terapia psicológica dado que ésta te permite explorar quién eres, atender a tus emociones, revisar patrones de comportamiento y ahondar en cómo te relacionas con los demás. Acudir a terapia puede ayudarte a vivir una vida más plena y conectada, alineada con tus valores y deseos.
Por otro lado, existen momentos vitales difíciles que pueden afectar a nuestro bienestar (pérdidas, problemas en el trabajo, rupturas…) y nuestro cuerpo los manifiesta a través de ansiedad, tristeza, preocupaciones recurrentes, y otros síntomas. En esos momentos, la terapia ofrece un apoyo vital para navegar esas dificultades, proporcionando herramientas y perspectivas que pueden facilitar un proceso de sanación y cambio.
En resumen, si sientes una necesidad de entenderte mejor, mejorar tu vida o si estás pasando por un momento complicado, la terapia puede ser un camino valioso para ti.
Antes de responder a esta pregunta, conviene señalar que psicólogo y psicoterapeuta no son lo mismo.
Tras realizar el grado en Psicología nos convertimos en psicólogos, pero esto no nos habilita para ejercer como psicoterapeutas ni atender a pacientes en la práctica clínica.
En la actualidad, hay que estudiar un Máster general sanitario o estudiar la oposición PIR.
En segundo lugar, para elegir a un psicoterapeuta adecuado es importante tener en cuenta varios aspectos:
Es imprescindible que posea la formación que hemos descrito previamente.
Es esencial que te sientas cómodo, seguro, escuchado y comprendido. La calidad de vínculo terapéutico será uno de los aspectos más importantes en tu proceso, por no decir el que más.
Revisa los distintos enfoques terapéuticos que existen, para así poder decidir cuál se puede ajustar más a tus necesidades. Es importante que puedas preguntarle al profesional sobre su enfoque y forma de trabajar.
Relacionado con el punto anterior, es importante que el psicoterapeuta dedique tiempo a explicarte la manera en la que trabaja, así como sus condiciones (tarifa, horario…).
Si es posible, busca referencias y opiniones. Aunque cada proceso psicoterapéutico sea único, busca reseñas o pide recomendaciones a personas de confianza.
Para terminar, bajo mi punto de vista, es imprescindible tener en cuenta no solo la formación académica obligatoria del profesional, sino también su compromiso continuo con el aprendizaje, la supervisión y formación constantes. Conviene señalar también el proceso de terapia personal para ejercer de manera ética y profesional la práctica clínica.
No existe una respuesta única a esta pregunta puesto que cada persona se sentirá cómoda con un psicoterapeuta y un enfoque.
En mi opinión, considero la relación terapéutica como el pilar fundamental desde el que se establece la base para un buen trabajo conjunto.
Sin embargo, a modo resumen, podemos encontrar la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), Terapia Humanista, Psicoanálisis o Terapia Psicodinámica, Terapia Sistémica, Terapia integrativa…
Lo más importante es sentirte cómodo con el psicoterapeuta y el enfoque que utiliza. Durante las primeras consultas, puedes preguntar sobre su metodología.
En mi caso, trabajo desde un abordaje integrativo con personas adultas. Desde este enfoque, se contemplan todos los planos de la persona: tanto el de los pensamientos, como el de las emociones y el cuerpo. Asimismo, abordaremos de manera conjunta y profunda tu historia vital particular.
Conocerte para poder reconocerte